El término bizcocho proviene del latín bis coctus, literalmente ‘cocido dos veces’, y que en su origen se refería a una torta que tras un tiempo de horneado era retirada de su molde y se volvía a cocinar para secarla de nuevo en el horno. Esta operación permitía que dicha torta durase más tiempo y tuviera mejor conservación.
Según el diccionario de la Real Academia Española la palabra bizcocho significa dulce preparado con harina, huevos y azúcar.
En realidad el glosario describe la genovesa (por la ciudad de Génova), una masa simple estrechamente relacionada con las cocinas italiana y francesa. El libro de Arthur R. Kenney-Herbert Sweet Dishes: A Little Treatise on Confectionery and Entremets Sucrés de 1884 da una sencilla receta para la genovesa: «Trabajar juntos vivamente en un cuenco 225g de harina, 225g de azúcar y 4 huevos: tras 5 minutos de batir bien, añadir 112,5g de mantequilla fundida. Engrasar una bandeja de horno cuadrada, untar la pasta sobre ella y hornear a fuego medio hasta que se dore».
Si bien en casa no somos entusiastas de la cocina dulce, de vez en cuando, sobretodo cuando asoma la lluvía, nos damos el capricho de un buen bizcocho para merendar: un trozo de cielo hecho con mantequilla (ingrediente que se obtiene agitando o batiendo la crema de la leche), un elemento que nos proporciona el carácter y el apellido a la comida de esta semana.
Hoy cocinamos un bizcocho tradicional, como los de antes, sin levadura.
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comida
160g de mantequilla / 160g de harina de trigo / 120g de panela* / 3 huevos / media naranja / 1 pizca de sal
*Azúcar de caña integral. Si eres goloso, pon 160g de panela (así lo especifica la receta original).
1 – Preparamos las medidas de todos los igredientes. Ponemos un cazo con agua a hervir y encima un bol con la mantequilla, dejamos que se funda lentamente y esperamos a que se enfríe antes de utilizarla. Mientras se enfría, montamos las claras con 20g de azúcar a punto de nieve con la ayuda de unas varillas.
2 – Precalentamos el horno a 170ºC.
3 – Mezclamos con unas varillas todos los ingredientes en este orden: batimos las yemas de los huevos con 100g de azúcar y una pizca de sal. Incorporamos la mantequilla fundida, el zumo de media naranja y su ralladura sin dejar de batir. Añadimos en dos tandas la harina pasada por un coldador fino (es lo que se conoce como tamizar) hasta obtener una masa perfecatamente integrada. Finalmente agregamos poco a poco las claras montadas a la mezcla anterior haciendo movimientos envolventes de abajo hacia arriba.
4 – Inmediatamente en un molde forrado con papel de horno volcamos la masa y la horneamos durante 40-45 minutos. Pasado este tiempo, pinchamos el bizcocho con un cuchillo y si este sale limpio es que esta perfectamente cocido.
5 – Desmoldamos y dejamos enfriar el bizcocho sobre una rejilla.
y siesta
6 – Digna merienda. Gran recuerdo.