#140: Polvo rústico de tomate
Cuando tienes algo, quieres hacer algo y ves que ya existe. Nada está inventado. Simplemente, et voilà, y disfruta. La versatilidad de este derivado del tomate es inmensa. Una pizca de sabor, una pizca de todo. Todo por descubrir. Aprovechar es avanzar. Tras 140 propuestas es momento de hacer una revelación. Haber empezado este proyecto ha sido todo un acierto, de cocinar siempre lo mismo, hemos pasado a probar, experimentar e investigar comidas que jamás hubiéramos pensado hacer. Ojalá os animéis con vuestro propio recetario y podamos aprender todo lo que sucede en vuestras cocinas. Hoy, el último básico tomatófilo, restos de tomate aprovechado hechos polvo. – comida pieles de tomates resultantes de la elaboración de la passata y del concentrado de tomate 1 – Extendemos las pieles sobre un papel vegetal y las horneamos a 120ºC hasta que esten tiesas y crujientes. 2 – Una vez frías, pasamos las pieles secas por un molinillo hasta obtener polvo de tomate. Guardamos en un recipiente cerrado. y siesta 3 – De ceniza.