En este proyecto nos tomamos muy en serio la procedencia de los alimentos que servimos en nuestra mesa, optando siempre que podemos por aquellos cultivados lo más cerca posible de casa. Por ello, rara vez los alimentos foráneos forman parte de nuestra lista de la compra. Por eso, ciertos alimentos foráneos no perecederos permanecen largo tiempo en nuestra despensa, probablemente por un tema cultural y de falta de referencias.
Hace un año compramos un kilo de quinua y a día de hoy aún tenemos. Con ella hemos hecho aquí un par de comidas: la 129 y la 152, la primera perfecta para todo el año y la segunda pensada para los meses más fríos. Con la de hoy vamos más allá y recuperamos el concepto de la 05, la combinación de granos y legumbres.
Larga vida a la experimentación.
Sin embargo, con esta comida os queremos hablar de la importancia de la mise en place, un término que literalmente significa puesto en el lugar. Esta locución francesa se emplea en gastronomía para definir el conjunto de tareas de preparar y ordenar los ingredientes, por ejemplo: filetear o picar la carne; descamar, despinar y filetear el pescado; trocear, picar o rallar las hortalizas; y, entre otras preparaciones, tener a mano un gran abanico de especias, condimentos o salsas perfectamente etiquetadas. En las cocinas profesionales, preparar todos estos quehaceres con antelación supone agilizar el servicio y permite ensamblar y acabar los platos en unos minutos.
Lo bueno de esta práctica es que también es eficaz en la cocina casera. Tanto es así que podemos tener cocida la quinua, pelados y cortados los altramuces, rallada la zanahoria, cocidos y pelados los huevos, picada la cebolleta y cortados en finas rodajas los pepinillos. Todo ello guardado por separado en recipientes cerrados en la nevera, para llegar a mediodía a casa y simplemente juntar y aliñar este delicioso y veraniego plato.
Por último, lo más importante de este plato, al menos para nosotras, es la zanahoria, y es que esta raíz la hemos cultivado en nuestra terraza, junto con la cebolleta y las hierbas aromáticas. Estos tres elementos secundarios ayudan a construir esta delicada y fresca ensalada. Nunca nos cansaremos de transmitiros lo maravilloso que es tener cuatro pequeños cultivos en casa. Pero también de reivindicar la comida «fea», aquella que por su aspecto nunca estará en la sección vegetal de los supermercados ni en las verdulerías de barrio.
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comida
100g de quinua* / 75g de altramuces / 100g de zanahoria / 2 huevos / 20g de cebolleta / 20g de pepinillos / 1 diente de ajo / 1 cucharada de cilantro / 2 cucharadas de perejil / 1 limón / una pizca de comino molido / sal en escamas / pimienta negra / aceite de oliva
*Podemos sustituirla por cuscús.
(Cantidad para 2-3 raciones.)
1 – Ponemos los huevos en un cazo, los cubrimos de agua y los ponemos a cocer a fuego medio. Cuando arranque el agua a hervir, los dejamos cociendo 10 minutos. Los sacamos del cazo, los ponemos bajo el grifo para enfriarlos con un chorro abundante de agua fría y los dejamos unos minutos en un bol con agua helada, si hace falta ponemos hielo. Les quitamos la cáscara y los reservamos.
2 – Tal y como os mostramos en la receta 129, para cocinar la quinua, lo primero es lavarla con abundante agua para retirar el polvo que desprende y repetir este lavado varias veces. Una vez lavada, tostamos la quinua en una sartén durante unos 5 minutos antes de hervirla. Ponemos el agua con una pizca de pimienta negra y otra de sal en un cazo y la llevamos a ebullición, agregamos el grano y lo dejamos cocinar tapado 15 minutos a fuego lento y sin remover, ya que de no ser así, el delicado grano de quinua se puede romper, deshacerse y perder su consistencia. Pasado este tiempo, si queda un poco de agua, dejamos reposar la quinua hasta que la absorba. Una vez cocida, la dejamos enfriar antes de montar el plato.
3 – Mientras se cocina el grano, rallamos la zanahoria y la colocamos en un bol. Exprimimos el limón y vertemos el zumo por encima de la hortaliza. Rallamos el ajo, picamos el cilantro y se lo añadimos. Salpimentamos, aliñamos y mezclamos todo el conjunto. Reservamos.
4 – Picamos la cebolleta y cortamos los pepinillos en rodajas finas. Cortamos los altramuces por la mitad y desechamos la piel. Picamos finamente el perejil. Reservamos.
5 – En un bol grande, juntamos la quinua, la zanahoria aliñada y los ingredientes del punto 4. Salpimentamos y aliñamos al gusto. Removemos bien todos los ingredientes. Finalemente rallamos los huevos cocidos y mezclamos ligeramente con el resto de alimentos para que este quede esponjoso en cada bocado.
y siesta
6 – Pacífica.