Si la semana pasada hablamos del acceso a los alimentos, hoy reflexionaremos brevemente sobre el acceso al agua potable. Y es que lo que para nosotros, acotando el término «nosotros» dentro del ámbito geográfico de la península ibérica, el hecho de abrir el grifo es un gesto tan sencillo, para otras personas del globo puede suponer largas travesías, a veces en condiciones extremas, para encontrarla.
Todo apunta a que las futuras guerras serán por el agua, pero lo cierto es que hoy ya se libera una lucha entre la apropiación del agua por parte de las grandes industrias, frente a millones de ciudadanos que no tienen acceso al agua potable. Es una lucha entre la codicia del lucro privado y el derecho humano al agua.
Algo tendrá el agua cuando la bendicen. – Refrán
Si bien es cierto que hay suficiente agua dulce en el planeta, el problema es que su distribución no es la adecuada ni la más justa. Las soluciones no son sencillas. Y el cambio climático solo complica más las cosas. Se prevé que aquí en la cuenca Mediterránea, las sequías sean más frecuentes y prolongadas. Por no hablar del modus vivendi de la sociedad «occidental», ni mucho menos pensado para una gestión sostenible de este recurso. Al contrario. Necesitamos agua para todo lo que cultivamos, criamos y fabricamos. Y nuestra dieta, fuertemente carnívora, es uno de los principales problemas que contribuyen al derroche de este líquido.
En definitiva, todo va relacionado. Lo que hacemos aquí, influye en las personas de otro lugar del planeta. Ya no se trata de reciclar, reutilizar o reducir, el futuro pasa por eliminar el derroche que suponen nuestras vidas «occidentales», enfocadas única y exclusivamente al consumo. Se trata de volver a la era de las cantimploras y rechazar las botellas de plástico. Esta es una de las acciones que nosotros podemos hacer con un simple gesto. Sobre el bombeado de agua por parte de grandes empresas, les toca a los políticos legislar para proteger los acuíferos, y en consecuencia a los habitantes que se abastecen de ellos. Sin agua no hay vida. Y estos documentales nos lo recuerdan: Flow: For Love of Water (Irena Salina, 2008), La soif du monde (Yann Arthus-Bertrand, 2012), Tapped (Stephanie Soechtig y Jason Lindsey, 2009) o Blue Gold: World Water Wars (Sam Bozzo, 2008), entre muchas más.
Por que ya lo dicen los refranes: Si agua sola es tu bebida, será más larga tu vida. / Agua corriente no mata a la gente. / Más vale agua del cielo que todo el riego. (Y hablando de riego, hay que reaprender a regar, conociendo las necesidades hídricas de las plantas, para hacer un uso eficiente del agua.)
In vino veritas, in aqua sanitas.
–
comida
agua
1 – Llenamos un vaso con agua. Listo.
y siesta
2 – Transparente.