Sopa tradicional catalana, del recetario humilde del campo. Hecha con una hierba muy querida en esta cocina: el tomillo. Cuando el pan era bueno, y cuando el hambre se hacía sentir, y cuando la gente sabía «reciclar», se inventaron las sopas de pan. Esta sopa es aún a día de hoy, uno de los platos sencillos y caseros que forman parte de la alimentación de muchos hogares, y creo que no se habla lo suficiente de esta categoría de sopas, por tratarse justamente de platos humildes y sencillos, vinculados a la cultura del aprovechamiento de los alimentos, un tema presente, de manera más o menos manifiesta, en la actualidad de nuestra alimentación. Típica de los domingos por la noche. En algunos lugares de Catalunya y al norte del País Valencià se las conoce también como sopas de pastor, nombre empleado en Catalunya para otras sopas de pan. El pan sagrado, reutilizado, reciclado, aprovechado. Toda una lección de la cultura tradicional para los tiempos actuales. En la Catalunya Nord hay una versión con el caldo...