El hombre primitivo, además de cazar, tuvo que aprender a recolectar frutas para sobrevivir. Sin embargo, al ver que al arrojar una semilla al suelo, se formaba en planta y empezaba a crecer y dar fruto, descubrió la agricultura.
La de hoy es una comida perfecta para preparar y comer al aire libre.
El pasado sábado estuvimos en el mercado del Préssec d’Ordal que se celebra los meses de junio, julio y agosto en Sant Pau d’Ordal en la comarca del Alt Penedès a 50km de Barcelona. (Conclusión: gente reciclando cajas de fruta, ¡bien! / bandeja de plástico para los melocotones, ¡mal!).
Para superar las altas temperaturas de estos días, os traemos una receta que me reveló mi padre y que se ha convertido en un clásico veraniego tanto en casa como en los viajes que hacemos a bordo de nuestra furgoneta-casa.
¡Viva el buen tiempo!
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comida
1 tomate corazón de buey o negro de Crimea / 1 melocotón de viña / 1 rodaja de melón* / orégano seco / pimentón dulce / pimentón picante ahumado / pimienta negra / sal / vinagre de manzana / aceite de oliva
*Podemos sustiturlo por una manzana.
1 – Desechamos las semillas del tomate y dejamos escurrir. Pelamos el melocotón y retiramos la cáscara del melón.
2 – Troceamos las frutas a dados pequeños y las ponemos en un bol.
3 – En un tarro de vidrio con tapa juntamos las especias, la sal, el vinagre y el aceite al gusto, y agitamos. Vertemos el aliño por encima de las frutas y mezclamos bien con una cuchara. ¡Listo!
(Podemos enriquecerla con aceitunas, pepinillos en vinagre, bonito del norte en conserva o huevo duro.)
y siesta
4 – Delicioso para cuando aprieta el calor.