La escritora, experta en política alimentaria, ecologista y jardinera Joan Dye Gussow ha confesdo en alguna ocasión que ella no toma mucha fruta en invierno. Nosotras, en casa, tres cuartos de lo mismo. Sin embargo, cuando llegan los días fríos los cítricos inundan nuestra pequeña despensa y el zumo de naranja nuestros desayunos. Y es que, por el bien de todos es importante adaptarse a cada estación y a los productos que cada una nos proporciona. La mejor lucha contra aquellos productores que pretenden volver las frutas atemporales es conocer la temporalidad de las mismas.
La práctica de comer y todo lo que conlleva -pensar, comprar, cocinar- debería estar en lo más alto en la lista de prioridades del ser humano.
Muchas veces la cocina casera se relaciona con elaboraciones largas y pesadas, nada más lejos de la realidad. El concepto Fast Good creado por Ferran Adrià en el 2004 lo demuestra. Esta idea nació de la pregunta: ¿se puede ofrecer una comida rápida, a un precio razonable, y que sea sana y de buena calidad? ¡Por supuesto que sí!. Aunque todavía hoy cuando pronunciamos Fast food, lo asociamos automáticamente a comida basura, la voluntad de Adrià y su equipo de dignificar, por decirlo así, la cocina rápida norteamericana, abrió el camino a repensar este tipo de comida. En casa, lo sabemos muy bien.
Y hoy os lo mostramos. Porque las ensaladas son un ejemplo de que teniendo los ingredientes a mano, te puedes marcar un platazo en pocos minutos.
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comida
1 naranja / 2 puñados de rúcula / hojas del hinojo / 4 piparras / hojas de menta fresca / queso feta / sal / pimienta negra / aceite de oliva
1 – Lavamos los tres ingredientes verdes: rúcula, hinojo y menta. Escurrimos bien con un centrifugador para vegetales. Cortamos las piparras en rodajas. Pelamos y cortamos a trozos la naranja. Desmenuzamos el queso feta. Resevamos.
2 – Montamos la ensalada en un plato, salpimentamos y aliñamos con un buen aceite de oliva.
y siesta
3 – En el levante.