Gastronómicamente, la salvia es considerada una de las hierbas aromáticas más importantes del mundo. Su trascendencia dentro de la cocina mediterránea es crucial, sobretodo en la cuenca occidental. Pero, la mejor manera de aprovechar todas sus propiedades y obviar posibles efectos secundarios adversos es en infusión.
Usar con moderación, siempre.
El término salvia proviene de la palabra latina salvare, que significa curar, en referencia a las propiedades curativas de esta hierba. El primer autor conocido en describir una planta llamada salvia por los romanos fue Plinio el Viejo, refiriéndose probablemente a la especie tipo del género Salvia officinalis.
Perfecta para estos días donde las afecciones respiratorias abundan, la salvia se la considera uno de las mejores antibióticos naturales. Sin duda el claro ejemplo del poder medicinal de las plantas que nos rodean. Y que mejor que tener una maceta con esta planta en casa y hacerte una infusión con las hojas recién cortadas.
¡Sin palabras!
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comida
15g de hojas frescas de salvia / 1 litro de agua
1 – Calentamos el agua en un cazo a fuego vivo.
2 – Cuando el agua arranque a hervir: añadimos la salvia, lo dejamos hirviendo durante 3 minutos y apagamos el fuego. Antes de consumir la infusión, lo dejaremos reposar unos 15 minutos. Quitamos la salvia y servimos caliente.
y siesta
3 – Cosechada en casa.