dulces, masas
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#225: Carquinyolis

Una vez más, se demuestra la conexión entre los pueblos del Mediterráneo. La localidad italiana de Prato, a quince kilómetros de Florencia, comparte con muchas localidades catalanas la elaboración de un dulce elaborado a base de almendras, harina, azúcar y huevo.

Como habréis podido comprobar, este mes lo estamos dedicando a dulces catalanes. El primero fue la coca de forner, la semana pasada la garlanda del Penedès y hoy es el turno de los apreciados carquinyolis (en castellano carquiñoles), unas deliciosas pastas secas muy fáciles de hacer en casa.

Extracrujientes con almendras.

Los carquinyolis se han extendido también por Baleares y Aragón. Se asemejan mucho a los cantuccini de la Toscana y, menos, a los rosegones de Valencia. Por documentos encontrados, se puede decir que los primeros fueron los italianos, puesto que la primera receta documentada proviene de un manuscrito de Amadio Baldanzi, un erudito pratense del siglo XVIII, conservado en el archivo de Prato. En este documento, a este dulce se le llamaba «a la genovesa». La receta fue después recuperada por el pastelero Antonio Mattei en el siglo XIX, y ha llegado a nuestros días con variantes más o menos modernas. El mismo pastelero lo presentó en la Exposición Universal de París de 1867, recibiendo una mención especial, mientras que los documentos de aquí indican que los primeros se remontan al siglo XIX. Quizás algún catalán que se encontraba en París los probó y de vuelta trajo consigo la idea, pero solamente es un decir. Sea como fuera, vengan de donde vengan, podemos afirmar que son maravillas dulces de la historia de la gastronomía.

Si los servimos con ratafia, los carquinyolis se convierten en un aromático pecado.

comida

100g de almendras crudas / 175g de harina / 100g de azúcar / 2 huevos / 1 cucharada de levadura en polvo / media cucharada de canela en polvo / un chorrito de anís / ralladura de limón / una cucharadita de semillas de matalahúva (opcional)

1 – En un bol, juntamos la harina, el azúcar, la levadura, la canela, la matalahúva y la ralladura de limón y lo mezclamos bien todo.

2 – Añadimos los huevos y unas gotas de anís y amasamos. Incorporamos las almendras a la masa, formamos una barra en forma de chapata y la colocamos en una bandeja de horno sobre papel sulfurizado. (Es una masa un poco difícil de trabajar, podemos ayudarnos de un poco más de harina, pero sin excedernos.)

3 – Horneamos a 160ºC durante unos 40 minutos. Cortamos la barra en rebanadas y las colocamos de nuevo en la bandeja de horno, y las horneamos unos 5-8 minutos por lado. Dejamos enfriar sobre una rejilla. Listo.

y siesta

4 – Crepitante.

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