El tofu se originó en China y su técnica de producción fue introducida en Corea y Japón durante el período Nara. Y a través de la cocina asiática nos ha llegado al Mediterráneo. El vocablo tofu, proviene de tōfu en japonés, que a su vez deriva del chino tou-fu, compuesto por los caracteres de grano y cuajado.
Fusión con personalidad propia.
El tofu se obtiene coagulando la bebida de soja y prensando el cuajo obtenido. En la serie documental Die kulinarischen Abenteuer de Sarah Wiener, esta viaja a China para conocer sus tradiciones culinarias. Uno de los capítulos lo dedica al tofu, y en este video (en francés) podéis ver la fabricación artesanal de tofu.
El sabor del tofu fresco es ligero y sutil, pero para muchos resulta insulso y aburrido. Por ello, hoy os proponemos macerarlo con una mezcla de la tradición coreana y la italiana. Hacemos el típico aceite picante italiano, utilizado en una infinidad de comidas y hecho aquí en la entrada número 40, con los ingredientes base con los que se aromatiza la col fermentada para conseguir lo que se conoce como kimchi, alimento declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Un plato extremadamente picante no apto para todos los paladares. Pero como todos los platos, el grado de picante se puede ajustar al gusto de cada uno (por eso no ponemos cantidades en la receta). Ideal para mojar el pan que hicimos la semana pasada. Espectacular.
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comida
tofu / guindilla roja en polvo / ajo / jengibre / aceite de oliva
1 – En un bol juntamos la guindilla, el ajo y el jengibre, y cubrimos de aceite aromatizado. Dejamos macerar un mínimo de 6 horas.
2 – En una bandeja para horno, colocamos aceite picante por toda la base, las rebanadas de tofu, y cubrimos con más aceite.
3 – Calentamos al horno a 220ºC durante unos 10-15 minutos.
y siesta
4 – Bravamente satisfecha.