Hoy empieza agosto, llevamos más de un mes de calor agotador y en la ciudad el sol se fija en el asfalto. De vez en cuando el aire entra por la ventana y un pequeño alivio se apodera del instante, donde todo parece quedarse quieto.
Todo empieza aquí.
La frescura del plato, no sería la misma si entre los ingrediente no figurase la menta. Nuestra querida menta, para muchos una de las supuestamente malas hierbas, para nosotras una de las buenísimas, aporta el poder refrescante que necesita cualquier vianda para estas fechas. Siempre en nuestra nevera.
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comida
1 melón* / 250g de yogur griego / un puñado generoso de menta fresca / 1-2 cucharadas de vinagre de jerez / 1 cucharadita de sal / pimienta blanca molida
*Hemos utilizado el de la variedad «futuro». Estos poseen una cáscara no muy gruesa y una pulpa con mucho contenido en agua y poco consistente. Sin piel ni pepitas pesaba un kilo y medio.
1 – Cortamos el melón por la mitad y le quitamos las pepitas. Quitamos la piel a cada raja de melón y esta a trozos y los vamos colocando en una olla. Trituramos hasta hacer que la pulpa se convierta en líquido.
2 – Incorporamos el yogur, la menta lavada, el vinagre y la sal y trituramos de nuevo para que se mezclen todos los ingredientes. Afinamos de sal, menta y vinagre y listo. Dejamos enfriar en la nevera antes de servir.
Opcional: servir con un poco de ralladura de limón por encima.
y siesta
3 – Fresquita.