Se acercan los días lluviosos, nublados y la bajada de las temperaturas, y con este tiempo empiezan a apetecer esos platillos que nos saben a invierno, y al igual que los guisos de legumbres, las migas son otro de estos tesoros gustativos.
Antaño, este plato de aprovechamiento del pan, formaba parte de la alimentación cotidiana de los pastores, pero con el abandono progresivo de estas prácticas, ha pasado de ser una elaboración fundamentalmente pastoril a plato de tasca y fonda, tanto en formato tapa como en ración de plato único. Y como todo en el arte de la cocina, con paciencia y trabajo, bien merecen hacerlas en casa.
Suficiente con pan, ajo y aceite.
Si bien, se prepara normalmente con ingredientes cárnicos y hortalizas -principalmente pimientos-, hoy vamos a ver la versión más mínima y rústica que existe, apta para todos los paladares y conciencias. Servirlas con frutas de temporada es sinónimo de aligerar y aportar dulzura a cada bocado. Nosotras hemos optado por la uva y la granada, pero la naranja también le va muy bien.
Al ser un plato tradicional, existen numerosas variantes en función de la zona, y por eso, al igual que ocurre con el gazpacho, esta diversidad se traduce en una de las fortalezas que cualquier gastronomía puede tener. Por tanto, como todas las comidas caseras que os hemos ido mostrando aquí, a no ser que tengáis una receta familiar que haya pasado de padres a hijos, lo mejor es que experimentéis. Las hagáis como las hagáis: gruesas, finas, sueltas o pastosas y carnívoras o veganas, seguro que serán buenas. Como en todo, no es más que una cuestión de práctica.
Sin duda, la propuesta de hoy sigue la filosofía de la transformación de alimentos sencillos, una manera de entender la cocina casera que recoge Massimo Bottura en su libro Bread Is Gold, que habla de manera integral el tema del desperdicio de alimentos. Para el cocinero italiano: «Estos platos podrían cambiar la forma en que alimentamos al mundo, porque pueden ser cocinados por cualquier persona, en cualquier lugar y con cualquier presupuesto. Para alimentar al planeta, primero tienes que luchar contra el desperdicio».
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comida
50-75g de pan seco / aceite de oliva / 2 dientes de ajo / agua / pimienta negra molida / pimentón picante de la Vera / frutas frescas de temporada
1 – Picamos ligeramente el pan seco y rociamos un poquito de agua por encima.
2 – Cubrimos de aceite el fondo de una sartén o cazuela mediana, y doramos ligeramente los ajos previamente laminados. Los retiramos y los reservamos.
3 – Incorporamos el pan y lo vamos removiendo para que este se vaya dorando y rompiendo a poco a poco. Cuando casi lo tengamos, salpimentamos y añadimos el ajo, para que se dore y adquiera el mismo color del pan.
4 – Servimos con frutas frescas de temporada y un poco de pimentón por encima.
y siesta
5 – Entre robles.