#17: Mató (sencillo a más no poder)
Queso fresco catalán de origen medieval, el mató ya aparece en el Llibre de Sent Soví (siglo XIV), primer recetario en lengua catalana. Elaborado de manera artesanal, eran las mujeres de los cabreros quienes, con la leche sobrante de los ordeños, lo preparaban para su posterior venta en los mercados. El mató se hace por lo general con leche de cabra u oveja, aunque hoy en día es más común usar leche de vaca. La leche es sometida al método tradicional, esto es por coagulación ácida: se hierve la leche y se coagula con un elemento vegetal como la flor de cardo/hierba-col, jugo de limón o un elemento animal como el cuajo (sustancia presente en el cuarto estómago o cuajar de los mamíferos rumiantes lactantes). Antiguamente se elaboraban la mayoría de los quesos del mediterráneo con cuajo vegetal, ya que para los pastores y ganaderos no era rentable sacrificar un animal para obtener sus jugos. El cuajo vegetal se puede obtener de la leche de la higuera, el lampazo, el galio o flor de la …