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#36: Escalivada al fuego

La escalivada, viene del verbo escalivar, que en catalán significa “asar al rescoldo” (la traducción de rescoldo es caliu y de ahí el verbo). Así que etimológicamente sería lícito llamar de esta forma desde unas patatas asadas entre los rescoldos, hasta unas butifarras del mismo modo preparadas.

De origen rural y practicado a lo largo del levante y sureste de la península ibérica, parece que la versión primitiva de la escalivada estaba compuesta por berenjena, cebolla y ajos, mientras que la versión tardía introduce el tomate y el pimiento venidos del nuevo continente. Además de sus múltiples versiones, la escalivada tiene múltiples aplicaciones, desde consumirse como plato único, como guarnición o como ingrediente principal en la espardenya (rebanada de pan tostado untada con ajo, con escalivada y unos filetes de anchoa por encima) o en la coca de recapte (masa de pan con escalivada por encima y cocida al horno), comidas que se hacían cuando llegaba el buen tiempo y con él los productos de la huerta.

Una comida básica del recetario catalán a base de hortalizas y que servidas con un poco de aceite de oliva, es una de las delicias más sencillas que existen.

A continuación, la otra manera que tiene mi madre de escalivar cuando aún hace demasiado calor para encender la chimenea: los fogones.

comida

1 berenjena larga negra / 1 pimiento rojo / sal marina en escamas / pimienta negra en grano / aceite de oliva

1 – A falta de unas buenas brasas, ponemos una rejilla al fuego y encima las hortalizas. Vamos dando vueltas hasta que la piel se queme y luego se pueda retirar con facilidad. Dejamos reposar las hortalizas envueltas en papel de periódico un par de horas para que se enfríen y se terminen de hacer con su propio calor.

2 – Una vez frías, las pelamos y despepitamos con delicadeza para no llevarnos la carne. Limpiamos el pimiento bajo el grifo para quitar los restos de piel negra y lo cortamos todo en tiras con las manos.

3 – Si no lo vamos a comer el mismo día, lo guardamos en un recipiente cubierto de aceite. A la hora de servir salpimentamos al gusto.

siesta

4 – Un clásico: humilde y popular.

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