entre horas, veganas
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#37: Flor de maíz ahumada

El maíz fue una de las primeras plantas traídas de América y su cultivo se extendió por toda la orilla norte del Mediterráneo, gracias a su rápida climatización.

Cuando los españoles llegaron a América, los indios les recibieron con collares hechos de palomitas de maíz. Una reciente cita española acerca de la ceremonia en honor a los dioses de los Aztecas quienes observaban a los pescadores dice: «Se dispersaron antes que el maíz se tostara, llamado momochitl, un tipo de maíz que se quiebra cuando se reseca y es cuando da a conocer su contenido que parece una flor muy blanca; se dice que eran granizos dados a los dioses del agua.»

Se cree que el primer uso del maíz salvaje era reventarlo, con el tiempo aprendieron a dominar las formas de cocinarlo.

La más sencilla y primitiva consistía en ensartar una mazorca en un palo para tostarla al fuego, otra manera era arrojar los granos directamente sobre las brasas y los que saltaban fuera del fuego, eran los que se comían, pero pronto descubrieron que era mucho más práctico introducir los granos en una vasija de arcilla puesta al fuego.

Invento milenario de aroma inconfundible e importante alimento para los Aztecas, las palomitas de maíz caseras son más nutritivas de lo que pensamos. Hoy, forman parte del recetario de cualquier persona amante de las cosas hechas en casa.

comida

2 cucharadas de granos de maíz / pimentón ahumando de la Vera

1 – Calentamos a fuego alto una sartén mediana con el maíz y tapamos con una tapa.

2 – Cuando empiecen a reventar los primeros granos de maíz, bajamos el fuego a un nivel medio. Sacudimos la sartén hasta que dejen de oírse explosiones para evitar que se quemen. Apagamos el fuego y destapamos.

3 – Sazonar con pimentón ahumado al gusto.

siesta

4 – ¡Hora de merendar!

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