Se han escrito ríos de tinta sobre el origen de la paella y, pese a esto, es imposible rastrear su origen concreto. Para Valencia, el origen exacto del plato está casi con seguridad en la zona arrocera próxima al lago de la Albufera, donde está documentada su existencia ya en el siglo XVI. Como es lógico, su aparición está íntimamente ligada a la popularización del arroz como cultivo, que no debió extenderse por la costa levantina hasta la llegada de los árabes (que lo tenían como uno de los pilares de su alimentación). No fue hasta el siglo XVIII, coincidiendo con un espectacular aumento de la producción de arroz, cuando la paella –aunque todavía sin ese nombre– empezó a aparecer en recetarios y crónicas de viajeros. Sólo en el XIX debió instaurarse el plato tal como hoy lo conocemos.
La paella es el nombre del recipiente donde se prepara una gran variedad de arroces secos desde tiempo inmemorial en la zona de la marjal de la Albufera de Valencia, así que el nombre de paella lo recibió este plato debido a la sartén en la que es elaborado. Sin embargo, la primera denominación de esta elaboración aparecía impresa en los menús y libros como “Arroz a la Valenciana”, el término «Paella» se popularizó años más tarde, a finales del siglo XIX. Por ejemplo, en el Novísimo manual práctico de cocina española ya se muestran divergencias claras en la receta original de la Paella Valenciana.
Desde sus inicios ha sido una comida que reúne a la gente para celebrar un evento alrededor de una mesa.
Tradicionalmente se cocina la paella sobre fuego con leña de pino y se come, en el mismo recipiente en que se cocina. Para los investigadores culinarios, la paella es una unión entre los romanos que trajeron el recipiente (la platina y la aegineta) y los moriscos que portaron el arroz a las tierras españolas para su cultivo. La palabra paella en valenciano significa sartén y llegó a Valencia, proveniente del francés, a finales del siglo XVI. Pero también del latín patella.
Dice Isabel coixet en este artículo que «una buena paella es probablemente una de las cosas más difíciles de hacer del mundo», pero como en todo en la vida, solo es un cuestión de ponerse y disfrutarlo.
#EatMeatOnlyTwiceAWeek
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comida
2 medidas de arroz / 4 medidas de caldo de pollo / 1 medida de agua / media pechuga de pollo / medio pimiento verde tipo italiano / 2 tomates tipo pera / 2 dientes de ajo / pimienta negra / sal / 1 cucharita de cúrcuma / una pizca de pimentón picante de la Vera / aceite de oliva
*Medida=cucharón.
(Cantidad para 2 raciones.)
1 – Cocemos la pechuga de pollo en un cazo con agua hirviendo. Una vez cocida, sacamos la pechuga y la desilachamos con la ayuda de dos tenedores, para no quemarnos los dedos.
2 – Ponemos la paella al fuego con un chorro generoso de aceite. Antes de que este se nos queme, añadimos el ajo picado y unos segundos después el pimiento verde troceado a dados muy pequeños. Pasados unos 5 minutos, introducimos el tomate rallado sin pepitas y dejamos cocer todo unos 10-15 minutos más. Volcamos el pollo desilachado, aromatizamos con las especias al gusto y mezclamos bien.
3 – En un cazo juntamos el caldo con el agua y lo llevamos a ebullición.
4 – Añadimos el arroz a la paella y removemos bien, finalmente vertemos el líquido caliente y lo ponemos a punto de sal. Dejamos unos minutos a fuego lento y lo apagamos.
5 – Introducimos la paella en el horno, previamente precalentado a 220ºC, y dejamos cocinar el arroz unos 20 minutos aproximadamente. Pasado este tiempo, probamos el punto de cocción del cereal y si está al punto, apagamos el horno, dejamos la paella 2 minutos dentro para estabilizarlo, y servimos de inmediato.
y siesta
6 – No hay nada más fácil, barato y rico.
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