conservas, otoño, vegetarianas
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#155: Aromática compota de manzana

Si bien es cierto que disponemos de esta fruta durante todo el año, uno de los alimentos frescos otoñales por excelencia es la manzana.

Con el otoño empieza la recolección de muchos de los frutos que produce la naturaleza. Como siempre a principios de octubre comenzamos a rodearnos de manzanas, cuya cosecha dura más o menos seis meses. Es el único momento del año en el que las manzanas llegan directas del árbol a la mesa. Pasado octubre, todo lo que se va recogiendo se guarda en cámaras frigoríficas para servir a los mercados durante el resto del año. Por eso hoy podemos hacer compota en dicembre, asarlas al horno en junio o preparar un zumo en agosto.

La manzana perfecta no existe porque depende del gusto de cada uno.

Al parecer es la cultura de cada región la que marca las preferencias a la hora de escoger entre una variedad u otra. Según los expertos, la manzana que mejor aguanta la cocción para elaborar tartas es sin duda la reineta. Las manzanas Golden son buenas para compotar, es decir, para preparar mermeladas o salsas. Mientras que la Granny Smith, por su toque ácido, es mejor emplearla para zumos o consumirlas en crudo en una ensalada. Las rojas como la Fuji o la Red Chief mejor no emplearlas en la cocina porque tienen matices anisados y al darles cocción, los sabores se pierden. Y es que, una técnica no debe destrozar el sabor, sino ensalzarlo.

No sé a vosotros, pero en casa las compotas nos encantan. Tanto la compota más tradicional como esta en particular son preparaciones deliciosas, llenas de sabor, aunque como todo en la cocina, cada uno puede jugar con los aromáticos que más le gusten. De un modo u otro es una receta fácil, y con ingredientes que todos tenemos en la despensa. Esta conserva de la manzana se puede comer sola, sobre una tostada o como acompañamiento a una carne, así que sea cuál sea tu elección seguro que la vas a disfrutar.

comida

750g de manzana pelada y cortada a trozos / 50g de mantequilla / 100g de panela / media cucharada de miel / 1 vaso de agua / 1 cuarto de vaso de moscatel / zumo de media naranja / 4-5 clavos de olor / media cucharadita de canela en polvo / pizca de sal / pizca de pimienta

*En piezas son unas diez manzanas pequeñas.

1 – Ponemos una olla mediana a fuego medio y añadimos la mantequilla. Una vez derretida, añadimos los trozos de manzana, aromatizamos con la canela y el zumo de naranja y esperamos a que se deshagan.

2 – Mientras, en un cazo calentamos el agua y cuando arranque a hervir añadimos el clavo de olor y apagamos el fuego. Lo dejamos infusionar 5 minutos. Colamos y reservamos.

3 – Añadimos la panela a la olla de las manzanas y mezclamos. Vertemos el moscatel y dejamos que el alcohol se evapore. Bajamos el fuego, vamos añadiendo poco a poco la infusión de clavo, salpimentamos ligeramente y lo cocinamos durante una media hora, removiendo de vez en cuando para que no se nos queme el fondo. Añadimos la miel, mezclamos y chafamos el contenido con el mazo de un mortero para conseguir una textura fina.

4 – Rellenamos tarros esterilizados con la compota y los hervimos mínimo 30 minutos para poderlo conservar en la despensa unos meses sin que se estropee.

y siesta

5 – De grado.

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