otoño
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#253: Bocado de remolacha

Explosión de sabor para un humilde alimento originario de las costas del Mediterráneo y consumido por sus pobladores desde la antigüedad.

El vegetarianismo ha hecho del trampantojo culinario su modo de ser. A través de términos como albóndigas, hamburguesas, tartares, cebiches o carpaccios, ha construido un mundo aparentemente carnívoro pero usando ingredientes únicamente vegetales. Hoy hacemos un tartar de remolacha.

La remolacha roja se utiliza como hortaliza fresca, mientras que la blanca se destina fundamentalmente a la producción de azúcar.

Si bien, siempre hablamos de la importancia de la diversidad en la mesa, hay alimentos que a veces se nos olvida que estan. Así, la remolacha es uno de estos. En este proyecto, únicamente la hemos visto en cuatro ocasiones: haciendo zumo de la raíz o utilizando sus hojas como ensalada, relleno de unas empanadas o como ingrediente principal de unas croquetas. Ya iba siendo hora de cocinar y comer su cromática pulpa. Y es que, seguimos descubriendo sabores y texturas.

Esta receta es ideal para presentarla sobre un pan plano sin miga, a modo de canapé. O lo que es lo mismo, un aperitivo de pequeño tamaño que se toma con los dedos o en un cuchara y a menudo se come de un bocado. Pero también para acompañar unas legumbres meramente hervidas, incorporarla a un bol de hojas verdes, usarla como topping para una tostada o simplemente como un delicioso relleno de un taco y/o una piadina.

comida

1 remolacha / media cebolla / 1 cucharada de alcaparras / 1 cucharada de mostaza tipo Dijon* / media cucharada de mermelada de higos / pimienta negra molida / una pizca de sal / agua

*Producto no casero.

1 – Lavamos la remolacha y quitamos las dos puntas (el extremo donde se sujetan las hojas y la punta fina más peluda). La colocamos en un cazo cubierta de agua, tapamos y ponemos este al fuego. La dejamos hervir a borbotones suaves durante unos 30-40 minutos, el tiempo exacto dependerá del tamaño de la raíz. Pasado este tiempo, pinchamos con un cuchillo y si esta no opone resistencia es que esta cocida.

2 – Sacamos la remolacha del agua. La ponemos en un bol con agua fría durante unos 10-15 minutos para cortar el calor y poderla pelar con las manos. Reservamos.

3 – Pelamos y picamos finamente la cebolla. Picamos las alcaparras -también las podemos dejar enteras-. Troceamos la remolacha pelada a dados muy pequeños. Lo juntamos todo en un bol y aliñamos con la mostaza, la mermelada, la pimienta y la sal.

y siesta

4 – De lluvia morada.

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