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#23: Hummus bi tahina

No todos los hummus son iguales. Como todas las comidas tradicionales, el hummus se hace distinto en cada hogar, logrando así que cada uno tenga personalidad propia.

En árabe, hummus significa simplemente «garbanzo» y se dice que tiene su origen en el Antiguo Egipto. De sencilla preparación, el hummus es consumido como desayuno o aperitivo servido con pan plano. Es habitual a lo largo y ancho de las mesas de Oriente Medio y Norte de África por su sabor contundente y textura delicada.

El secreto de un buen hummus es la tahina*, una preparación hecha con semillas de sésamo, que le aporta cremosidad, aroma y sabor.

Hacer esta pasta de sésamo o tahina en casa es muy fácil, necesitamos sésamo molido, un líquido (agua, aceite de semillas o aceite de oliva) y una pizca de sal. Existen 2 tipos: tahina blanca elaborada con sésamo crudo o tahina elaborada con sésamo tostado. Puede tomarse sola untada sobre una tostada o como ingrediente para otras comidas.

Nota: La tahina casera es ligeramente amarga respecto la industrial. Hay que tener cuidado en no quemar el sésamo ni utilizar un aceite demasiado fuerte para no potenciar este amargor. Es importante que las semillas sean frescas.

*También llamado tahini, tahín, tajín. Proviene del árabe tahain que significa harina.

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Para hacer la tahina: 100g de semillas de sésamo crudas / aceite de oliva suave / sal

1 – Tostamos ligeramente las semillas de sésamo en una sartén caliente. Ponemos las semillas en un plato y las dejamos enfriar. Con un molinillo molemos el sésamo frío y lo ponemos en un bol con una pizca de sal. Agregamos aceite de oliva suave (girasol o agua) y trituramos hasta obtener una textura cremosa.

(Es mejor, preparar la tahina el día antes para deja asentarla.)

Para hacer el hummus: 250g de garbanzos cocidos / 2 cucharadas de tahina / 1 ajo / medio limón / 5 cucharadas de aceite de oliva / pimienta negra molida / sal / pimentón dulce

2 – Pelamos los garbanzos (parece un suplicio pero vale la pena, conseguiremos una textura más fina y menos pesada). Juntamos en un bol los garbanzos con el resto de ingredientes, menos el pimentón, y lo trituramos hasta conseguir una pasta homogénea. Podemos añadir un poco más de aceite o, incluso, un poco de agua para aligerarlo. Este es el momento de probar y corregir de sal o cualquier otro ingrediente.

3 – Servimos y decoramos con pimentón por encima y un chorrito de aceite. Podemos hacer unos panes planos con la masa que hicimos en febrero.

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4 – Bueno, bueno.

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