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#29: Ligera carbonara de calabacín

La comida de hoy es mi versión de una comida que vi hacer a Jamie Oliver en su programa Jamie at Home, concretamente en el capítulo dedicado a los calabacines.

En verano, además de la ropa, también hay que cambiar nuestros hábitos de comer con comidas más ligeras, frescas y menos grasientas. El calabacín nos permite sustituir el guanciale (mejilla del cerdo curada) y disfrutar de una buena carbonara (en invierno ya aprenderemos a hacer este producto cárnico en casa y haremos la receta según manda la tradición italiana).

Consumido por los egipcios y, más tarde, por griegos y romanos, fueron los árabes quienes extendieron el cultivo del calabacín por las regiones mediterráneas, donde se convirtió en un alimento de consumo habitual en la Edad Media hasta hoy.

Pertenece a la familia de las cucurbitáceas junto con el pepino, la calabaza, el melón, la sandía, entre otros. Esta familia fue descrita por el botánico francés Antoine Laurent de Jussieu en el libro Genera Plantarum p.393–394, publicado en 1789 en París.

comida

100g de penne semi-integral* / medio calabacín / 1 yema de huevo** / queso pecorino o de oveja seco / tomillo / orégano / pimienta negra / aceite de oliva / sal / agua de cocción

*Cuando no hacemos la pasta fresca, la pasta alimenticia es uno de los productos no caseros que consumimos en casa de manera puntual.
**Podemos aprovechar la clara del huevo para hacer una tortilla para cenar o usarlo entero.

1 – Ponemos agua a hervir con sal. Cortamos el calabacín longitudinalmente en 4 trozos. Desechamos la parte interior de las semillas, y lo cortamos en el mismo tamaño y forma que el penne. Cuando el agua hierva, cocemos los penne al dente.

2 – Mientras, en una sartén con un chorro de aceite salteamos el calabacín troceado. Molemos pimenta negra, añadimos las hierbas y dejamos cocinándose todo junto hasta que los calabacines estén suaves pero aún crujientes. Volcamos la pasta escurrida pero con un poco de agua de cocción encima de los calabacines y removemos. Retiramos del fuego y dejamos 1 minuto para que baje el calor.

(En este plato es muy importante ser generosos con la pimienta.)

3 – Batimos la yema con un poco de queso rallado y lo añadimos a la pasta. Mezclamos bien sin que se coagule el huevo y servimos de inmediato con un poco de tomillo, un chorro de aceite y queso por encima. La salsa debe ser sedosa, transparente y cubrir toda la pasta.

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4 – Cada cual la hace en su corral.

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